Lo primero que hice al leer los comentarios fue irme al baño y masturbarme. En ese momento pensé, no sé por qué, en una mujer lejana. Apreté en mis manos esa ilusión para que escupiera a los anónimos. Luego prendà un cigarrillo y me senté en la cama.
Pero antes me sorprendió que hubiera tanto doliente con mis textos. Sé que, defensa o sumisión, es usado en contra. Es de entender. Fenómeno antiguo y predecible de la opinión pública. Si alguien dice que otro es un triste de mierda que patina en lo mismo, los otros empiezan a pensar lo mismo y asumen un pensamiento ajeno como propio. Por lo tanto solo me hicieron un comentario digno de responder porque los otros, todos, hasta los que intentaron defenderme, no fueron más que anécdotas del primero. Ocurre. Nos gusta tanto solucionar los problemas de los otros que nos volvemos expertos en el desconocimiento de nosotros mismos.
En cuanto en que patino en lo mismo, mi querido anónimo que es todos los anónimos y que me aventuro a llamar Henry (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) porque los otros son solo esquilas, le digo: No sé si patine en lo mismo. Y si lo hago es grato saberlo. Si faltarle el respeto a nadie.
Pero miremos bien eso de patinar, cuando lo decÃs haces referencia a la creación literaria, al estancamiento de los textos por dedicarme a escribirle a una mujer. Bueno, en ningún momento quise hacer lo contrario como tampoco ha sido mi pretensión salvar a la humanidad con mis textos. Es ingenuo pensar algo parecido. Es un artilugio creerse el mesÃas por estos tiempos.
Vea, esa búsqueda de la estética por la estética, ese acto sisañoso de querer todos los dÃas imponer una moda es una perdedera de tiempo. La moda es para el olvido. Y lo que se hace es halarse los pelos innecesariamente y se acude al espectáculo del insulto y de la crÃtica para ser tenido en cuenta en algo a lo que no fue llamado. Recordá que la critica es esa señora que está enamorada de los vestidos nuevos. Se los pone y cuando ya no le gusta los deja tirados en un rincón del cuarto. Entonces es cuando el vestido es importante y puede ser de utilidad.
Pero si hay una búsqueda que me interesa y es la de aceptarse como individuo. Hacerse preguntas porque es más valido vivir intensamente una pregunta que ir por ahà juzgando y dando respuestas. En esa búsqueda se acude a la necesidad. Y es la necesidad la que cuenta ese mundo interior que nos habita y nos hace audible esa voz interna atiborrada de tanto movimiento de moda. Es la necesidad, sin importar el campo de acción, la que da las pautas para contar lo que albergamos bajo la piel.
Le confieso, querido Henry, que no pienso en terceros cuando escribo. SerÃa distraerme de mi propio exorcismo. Si un texto gusta o no a los lectores es cosa de ellos. Eso ya no me incumbe porque para mà esos juicios significan lo mismo: nada. Escribà para mÃ. Curiosamente se les hace más daño a las personas que no nos interesan porque no pensamos en ellas. Pero soy obstinado, pecador, contradictorio y escribo este texto que es otro esfuerzo innecesario pero me gusta perder el tiempo de esta forma.
Hay otro asunto querido Henry, porque sos todos los anónimos, que me inquieta. Me nombras poeta chilletas con fórmula incluida para crear metáforas. Bueno, es una ingenuidad llamar a alguien de 26 años poeta. Solo a los 28 años si el individuo es juicioso empieza a vislumbrar la reflexión y a pensar por sà mismo. Antes es solo entrenamiento. Por eso es común ver a jóvenes haciendo de todo para encontrar su camino y pintan y escriben y cantan y hacen teatro y cortejan y trabajan en busca de esa puerta para entrar y canalizar sus energÃas. Entonces es una ingenuidad decir poeta tanto como hacerse llamar como tal. Podrás decirme que existió un Rimbaud o un conde de Lautréamont. Es cierto, pero fueron sus vidas y no las nuestras y sus vidas ya pasaron y son literatura.
Lo otro, de que tengo una formula para las metáforas es la primera vez que escucho tal cosa. Y si la tengo y la sabes, deberÃas decirme cuál es porque me habrás ayudado y habrás solucionado un debate que viene desde los griegos sobre si hay métodos para escribir un poema o una metáfora. SerÃas luz para estos tiempos tan oscuros. Pero si es solo por llenarte la boca que decÃs eso, hermano, sos todavÃa más ingenuo.
En fin, en este punto voy al baño. Sufro de cólicos por estos dÃas. Cago. Me limpio. Envuelvo papel higiénico en la mano derecha. Continúo con el texto. Y Trannnn… un descubrimiento. Encuentro dos libros que recomiendo a los anónimos para que se instruyan y estén a la altura. El primero es la Poética de Aristóteles y el otro es Como escribir un poema (aunque El abc de la lectura también sirve) de Erza Poud.
En fin, por lo pronto con sus comentarios me limpio la nariz. Una sonada, dos sonadas…. Ahh-chooo … Ahh-chooo… ufá… Los espero con más comentarios. Mientras voy a tirar a la basura el papel higiénico y a cagar otra vez. Ahh- chooo.