La defensa de salir a la calle en pijama

No estaba entre las posibilidades que ella me encontrara en pijama en la calle. Me asusté, pero en pijama el susto es más volátil, así que me repuse de inmediato.

Le confesé que no era un descuido ir al parque de Girardota en pijama. Porque me despierto temprano, me ducho y me pongo de nuevo la pijama. Leo tres horas diarias para la tesis de grado. Esas tres horas son un método de trabajo. Escuché por ahí que si un individuo trabaja tres horas diarias, sin interrupción, dispuesto, le rinde la lectura. Porque el que trabaja 8 horas no trabaja sino que conversa, toma café, hace pereza y espera con ansiedad la hora de salida. En cambio, el que trabaja tres horas, que no es mucho, no se siente mal al hacer nada las otras 21 horas del día.

Le expliqué que era un experimento salir en pijama. Descubrí, le dije, que en pijama me miro menos al espejo. Cualquier lugar es casa y hablo natural y libre de prendas pesadas, las de salir a la calle.

Hay división de prendas. Están las prendas para salir a la calle y las prendas para estar en casa. Las prendas para salir a la calle se utilizan con la intención de verse limpio y aceptable ante el otro. Las prendas para estar en la casa no tienen intención y por ello son harapientas, para la posibilidad del descanso.

Me gustó que ella me hubiera encontrado en la calle en pijama. Le dije que así, como me veía, era como le escribía los mail que le escribo. En pijama, le di a entender, estoy liviano, sin pensar en cómo me veo que es cuando más veo, sin posturas.

Se concibe que para ver a un individuo en pijama, le dije, al menos uno que se quiera ver en pijama, se debe conversar mucho. Pero ella me vio en pijama y no conversamos tanto. Me vio sin citas o predisposiciones, como es mejor ver. Me vio con la ropa con que sueño y miro el cielo. Y ella parpadeó, como si se hubiera quedado conmigo hasta el alba.

1 coment�rios:

programador holográfico. dijo...

el punto
al punto
el en-sí
es salir en pijama.