Andan, ahora más que nunca, preocupados por habitar la ciudad y sus múltiples distracciones para pasar en vela la noche. Se hacen viejos y no quieren asimilar que ya pasaron de moda. Sentados en la sala de la casa de uno de ellos se niegan a renunciar al ron, los cigarrillos, la música y la marihuana. Hablan sobre pelÃculas que han visto, sobre fiestas en las que cada vez se cansan más rápido, sobre mujeres en común que tergiversan y desvirtúan sin mesura, pero de las que no pueden alejarse. No les gusta admitir entre ellos que les gusta más estar ante ellos que entre ellas. Necesitan recordar, con menos agilidad, los dÃas de corto circuito de cuando creÃan que podÃan hacerlo todo. Las mujeres de sus Ãntimos son como sus rivales. Parecen, a veces, señoras que toman aromática en una tarde de verano y hablan del prójimo con la morbosidad placentera que sienten los tristes sin época.
Borrachos marchan, cada uno, a su casa. Ya trabajan, leen menos, escriben con formulas y estructuras predeterminadas y buscan un rincón para fugarse definitivamente a ninguna parte
3 coment�rios:
Es una tendencia!!! El instinto gregario del que habla Lebon está demasiado vivo. Algo parecido dice mi vecina: "Dios los crÃa, y el viento los amontona"!
Saludos, colega.
FER!
y fatigados ya de hablar... entonces hablan y hablan más, como si por medio de la voz espantaran la soledad. Gregarios o "lechuguines" (jejeje) se asedian entre ellos simulando camaraderÃa. Qué buena puntada Camilo.
P.
no es antónimo de gregario (también se junta), pero el "hombre solo" puede llegar a extremos más lamentables. no digo que lo que escribes sea lamentable. hombre solo: tiene un blog para comunicarse con los amigos, con los que no encuentra de qué hablar cuando se los encuentra, salvo que estos le permitan hacer laaargos monólogos sobre su sexualidad o la sexualidad de x persona... también puede hacer su monólogo sobre otras cuestiones, sin mucho interés de polemizar. y tiene otras costumbres, pero son tan tristes...
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