La defensa de la dama de los cabellos ardientes

“Me envolvió en sus cabellos
ondeantes y rojos,
y hallé el deleite en ellos
entornados los ojos.”

Porfirio Barba Jacob

La Marihuana o Cannabis es una planta que proviene de Asia central y se esparció por todos los continentes debido al consumo y las búsquedas de los hombres. Quizás, aquellos primeros consumidores de la Cannabis descubrieron en ella un espíritu de mujer, de amor incomprendido y abismal, y por ello la cultivaron. Además ayudó la adaptabilidad de la planta al entorno para que se estableciera como una planta milenaria.

Ya en la antigüedad denominaban a la Cannabis como una planta con poderes que podía hacer sentir, como la mujer, cosas diferentes. Tanto que en los escritos Sustra, el tratado más antiguo de medicina hindú, la nombran Vilahia, que significa: productora de vida.

Se cuenta que los asirios conocían la Cannabis y la usaban como anestésico para encarar el paso a la muerte, como catalizador de misterios del más allá. Esto sucedió por el siglo IX a.C.. La mujer también es un anestésico para el viaje a la muerte. Pues si cada día es un paso a la muerte es la mujer quien mejor está equipada para el viaje porque ella puede trasmutar el dolor en calma y alegría. Quizás esa presencia, ese espíritu femenino, es el que referencian los textos sánscritos cuando nombran la Cannabis como “las píldoras de la alegría”.

La etimología devela el poder femenino que domina a quien la consume si éste no la respeta. La palabra Marihuana proviene del náhuatl marihuana que está compuesta por mallin que quiere decir prisionero. Es decir, aquel que irrespete su espíritu y la consuma sin ritual queda sumergido en un abismo inexplicable y necesario. Lo mismo le sucede al hombre que se enamora de muchas mujeres y no es capaz de quedarse con una; queda sumergido en un vacío que ningún cuerpo femenino puede cubrir. Y hua significa propiedad y la terminación ana, agarrar. Entonces, como en el amor, si un individuo no está firme con sus ideas y propósitos puede eliminar su individualidad ante el otro. Esto debió entenderlo los indígenas al nombrar a la planta marihuana: planta que se apodera del individuo.

Pero, lo saben aquellos que actúan desde el respeto, con un propósito la Marihuana y la mujer son aliadas que hacen del amor una religión de los sentidos. En caso contrario consumir es como estar con una chica por miedo a estar solo. Mientras se esté así se está en traición a sí mismo.

Si se acude a la Marihuana sin claridad así como se acude a una mujer movido por el instinto y el miedo a estar más que por la magia de estar, se seguirá amando el equívoco, estando con cualquier mujer y consumiendo cualquier Marihuana, sin poder ver como arde, con el viento, sus cabellos salvajes y mágicos.


5 coment�rios:

Belén dijo...

Como todo en esta vida, sin excesos...

Besicos

Malena dijo...

Caminar sobre el fuego sintiendote libre sin esposas en tus pies... creo q ahí está el secreto...

Cariños,

Male.

*Te dejé comentario en el anterior post...

Juan Camilo dijo...

Belén
si, como dices, el que pasa los limetes de su propia fuerza pierde su fuerza

Malena
caminar on la levedad de los latidos del corazón, también es una buena alternativa

Humberto Dib dijo...

Me gustó la entrada, como muchas otras, escritas sin eufemismos ni falsos pudores.
Un abrazo.

Bibimar dijo...

Es importante el ritual para cada acto que se hace dentro de la Pacha mama. En especial esta planta que requiere purificarse de las manos contaminadas.

"La dama de cabellos encendidos
transmutó para mí todas las cosas,
y amé la soledad, los prohibidos
huertos y las hazañas vergonzosas".