Confesión de sábado en la mañana


Estar solo no es ninguna imposición, como alguna vez leí en Fernando Pessoa. Basta esta frase para saber que soy más un solitario que un lector. Más un hombre dedicado a escucharse a sí mismo que a encerrarse en un cuarto a leer sin mesura. En esa forma, confieso, no soy un lector, mejor dicho, no leo. De vez en cuando hojeo un libro que uno de mis amigos me presta. Además, sospecho, que no es en los libros donde he encontrado la tranquilidad. Eso no quiere decir que no haya leído. Al contrario, he devorado libros, pero ninguno es suficiente. Siempre hay otro. Así me fui llenando de palabras inoficiosas, de ruidos sin sentido. Luego, un día que miré el alba, me dije que el amanecer es el mejor libro que nunca terminaré de leer y todas las palabras se me borraron. Entonces el sol naciente ha sido el libro que leo todos los días. El libro que me muestra las palabras del corazón. Palabras que me enseñan a estar solo. Porque estar solo es aprender a habitarse y a desaprender todo lo leído. Estar solo es un diálogo directo con las flores.

9 coment�rios:

escuchando palabras dijo...

Maravilloso talento Fernando...y estar solo es haberse encontrado y llevarse esplendidoi con la soledad, pero nunca me imagine algo tan bello como dialogar con las flores!!!! besitos

Nada más importa dijo...

Muchísimo tiempo sin leerte, pero por acá nada ha cambiado. Seguís escribiendo tan bien como siempre.

Estar solo es tantas cosas, que a veces me ahogan y otras, solo me tranquilizan y reconfortan.

Besos!

Juan Camilo dijo...

Escuchando palabras
Gracias por sus palabras. Es cierto, estar solo, cuando la soledad no duele, es como estar frente a un persona que te gusta mucho.

Nada más importa
Mucho tiempo sin saber nada de tus comentarios. Me alegra que las cosas no hayan cambiado mucho, pues, así, la distancia es otra cosa. por este rincón del espacio simpre eres bienvenida.

Nada más importa dijo...

Gracias!

Ser bienvenido siempre, es difícil, y más cuando pasa mucho tiempo en que uno desaparece, (aunque no por voluntad propia), y que los lugares que me gustan aún me esperen es muy lindo.

Linda noche!

Belén dijo...

Deberías leer, así no estarás tan solitario...

Besicos

Humberto Dib dijo...

Mi querido Juan Camilo, hay momentos en los que las palabras saturan y uno daría todo por volver a sentir aquella primera emoción de descubrir un libro. Entonces un amanecer se valora a precio oro.
Con el tiempo, logré disfrutar de ambas cosas... eso sí, ambas en soledad.
Un abrazo.
HD

PS: No me olvido del halagador comentario que has dejado en mi blog la semana pasada, viniendo de ti, no es un mensaje más.

matrioska_verde dijo...

interesante y certera reflexión... esta solo es aprender a quererse y a aceptarse.

y disfrutar de un libro como si conversáramos con un amigo.

biquiños,

Mónica Samudio dijo...

Bello, profundamente bello!

Juan Camilo dijo...

Nada mas importa
Se crean vinculos inexplicables por estos espacios. por eso te digo lo de bienvenida.

belen
es cierto. pero también, a veces, no leer es estar muy acompañado

Humberto
trato de ser lo mas parcial cn algunos comentarios, al menos, los que considero importantes. pero con tu blog hay ya un proceso del que como lector ya hago parte. un abrazo.

Aldabra
gracias por sus palabras. hace textos no sabía nada de vos. es muy grato poder saludarla.

Monica
Un tinto en algun lugar de medallo para conversar de nada y de todo seria profundamente acompañar la tarde.