Mujer fugaz

Lo que más me gusta de ella es que en cualquier momento puede desaparecer. Cuando se le antoje puede empacar sus maletas e instalarse en cualquier país. Tal vez sea esa circunstancia la que impide que la pueda atar y por ello no me queda más remedio que verla cada día como si fuera el último. Ella es como una estrella fugaz que por una fracción de segundo atraviesa el cielo antes de desaparecer y en esa fracción de segundo, quizás por su fugacidad, es más importante que todas las otras estrellas. Lo que me atrae es que cuando desaparezca, ella dejará un rastro de luz en el recuerdo que se borrará definitivamente si intento seguirlo.

4 coment�rios:

Anónimo dijo...

...y si en lugar de intentar seguir el rastro de ese halo de luz simplemente lo encierras en el hueco de tu mano y lo transformas en energía?
Quizás ya no desaparezca e ilumine tu corazón, preciosas letras Juan!
Siempre es un placer leerte y ya sabes que suelo interpretar tus entradas a mi estilo, perdona si no es el adecuado.
Abrazos miles!

Belén Rodríguez dijo...

Jamás desaparece nadie si se conserva en el recuerdo, lo que sí puede pasar es que se idealice el mismo y acabe no pareciéndose a la realidad...
Un abrazo.

Juan Camilo dijo...

Cristina
Me alegra que puedas transformar el sentido de las palabras. Eso me parece más importante que el mismo texto que se publica.

Belén
Es cierto, claro que el recuerdo puede ser una trampa si se acude a él para escapar de las responsabilidades del presente. un abrazo.

LBH dijo...

No exigir, suele ser una opción fabulosa para que el recuerdo sea solo eso, un bello recuerdo y perseguirlo es perder su esencia. saludos