Su cuerpo debajo del mÃo se ajusta a mi necesidad de perder el control. Cierro los ojos y mi boca en su boca busca el cansancio que electriza a los animales en celo. En ese momento su vientre se extrémese mientras trituro con los dientes la ternura a la que tenÃamos derecho. Entonces nos detenemos para mirarnos unos segundos. Luego sonreÃmos y volvemos a besarnos. Esta vez permitiéndonos empezar de nuevo después de habernos desnudado de todo concepto.
MANICOMIO 237
Hace 27 minutos
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