Foto de Bibiana R. 

Al bajarse del bus, a 1.900 msnm Medellín se ve como una costra gigante de concreto que se expande por todo el Valle. Sin embargo, arriba, los ranchos en tabla, plástico con techos de zing se mezclan con los ranchos de material. 

Barrios como Bello Oriente surgen de la necesidad, en la periferia. Está situado en la ladera de la Comuna 3 Manrique. Desde los años ochenta recibe los refugiados del conflicto armado. Familias del Urabá chocoano, Urrao, Magdalena medio, Oriente y Bajo Cauca antioqueño. 
En este barrio se podría afirmar que sus memorias son la historia de la violencia. Por lo tanto no cuentan con un relato unificado sino con un motón retazos dispersos de un pasado oscuro y violento. Por ello, este lugar es como un puerto en el que las personas llegan y se van porque no tienen arraigo. Sin embargo, algunos personajes como Arnulfo Uribe construyen vínculos con aquellos a los que todo les fue arrebatado. 

El mago
Llegué en busca de Arnulfo Uribe, el líder comunitario que vive como un filósofo griego, o un mago milenario que organizaba un bazar en una Casa Comunal. 
Me conmovió su olor a tierra removida; su palabra dulce, calma, pero firme. Me dijo que habláramos en un rato y me propuso que me sumara al evento. Inmediatamente avive el fuego para el sancocho comunitario. 
Acudieron personas que conocían a Arnulfo de lugares distintos de la cuidad y también habitantes del barrio. La mayoría de asistentes eran mujeres y sobre todo niños. 
Él sabe cómo cautivar a los infantes. Como un mago les habla con diferentes tonos de voz. La respuesta es evidente. Los niños hacen todo lo posible para que él los escuche. Por ejemplo, a un niño de unos 10 años lo echaron del colegio. Se quejaban porque no se acoplaba a las normas y no había quien lo bajara de un árbol. Arnulfo cree que es ilógico porque los árboles son seres más avanzados, independientes. Por eso, deberíamos aprender de los pájaros y las ardillas. Lo que no han entendido en el colegio es que el niño es muy inteligente porque se pilló que el camino es volver habitar los árboles.
Aunque él no se considera el que tiene la voz de mando tiene el poder de convocar y reunir. Y no necesita hacer trucos. Con su voz es suficiente. De ahí que se reúna periódicamente con las personas del barrio y hablen de temas importantes. A esto lo llama “El escuchadero”. Pero lo que busca es que la palabra sea acción y camino. Por algo una de sus premisas es que solo se puede apropiar un territorio si se camina.
Arnulfo llegó hace 16 años a Bello Oriente. Su familia es del municipio de Caldas. Concede a su abuela el legado del trabajo comunitario. Ella decía que si se ayuda a otros sin cobrar permanece la magia. También le enseñó sobre plantas. 
Luego trabaja 8 años en procesos comunitarios con niños de la calle en Santo domingo, la Iguaná, San Javier. Por amenazas debe partir del municipio de Bello. En ese tiempo conoce al español Manuel Burgos quién había creado con comerciantes de la cuidad la fundación social Palomá. 
Arnulfo llega a Bello Oriente con siete hermanos de la comunidad laica Teofanía (manifestación de Dios) donde estudió Teología y se suma a la causa. Años después Burgos viaja a Perú.

Huertas comunitarias
Arar la tierra es remover las emociones y sembrarse en el otro. De esta forma se les brinda a las personas la posibilidad de que vuelvan a empuñar los azadones, machetes y picas y así reactivar sus sueños. Con el tiempo crean huertas comunitarias y un programa de reforestación. Debido a esto en el 2002 la Corporación Autónoma para el Centro de Antioquia (Corantioquia) les otorgó el Premio Vida como un ejemplo de esfuerzo comunitario. También con el proyecto ambiental El Bosque de Leucaenas han recibido elogios. 
En el barrio existen huertas campesinas, se hacen jornadas de arte, encuentros de luna llena, bazares y trueques, festivales por la vida, talleres de convivencia, mingas, convites, siembras, veladas culturales, tertulias literarias, tomas recreativas, teatro al aire libre, murales comunitarios, talleres culinarios y artesanales, círculos de la palabra y el pensamiento, caminadas ecológicas, expedición botánica, carreras por el agua, campamentos, intercambios de ignorancias, periodismo comunitario, muestras audiovisuales. Todo esto con el fin de crear dinámicas de participación. 
Arnulfo está sentado afuera de la Casa Comunal. Ya se repartió el almuerzo y se cerró el bazar porque asistieron pocas personas. Los niños armaron baile después de que una madre de familia organizara con varias niñas del barrio algunas coreografías. 
Arnulfo habla de la Red Barrial que se gestó en el 2009, la cual está conformada por unas quince organizaciones comunitarias. Allí se discuten temas coyunturales 
En el momento, con los barrios vecinos se está discutiendo sobre políticas como el “Plan Bordes” y el “Cinturón Verde”.  

Cinturón Verde Metropolitano 
El Cinturón es una estrategia de planificación y de intervención a largo plazo que busca integrar la ciudad con los municipios del Área Metropolitana y crear un gran sendero ecológico. Dentro este Cinturón surge el Jardín Circunvalar de Medellín que se enmarca entre el Camino de la Vida (sendero peatonal), la Ruta de Campeones (Sendero para bicicleta) y el Corredor de movilidad Limpia. 
Esta iniciativa urbanística, según lo conversado en el barrio, generaría desplazamientos forzados. Por ello, Las Huertas que han evidenciado el potencial en la producción de alimentos y el cuidado del medio ambiente, perderían todo el proceso acumulado en tantos años. 
Llega la noche y me despido. Arnulfo me da un abrazo y continúa conversando con otras personas. Recuerdo algo que dijo y me retumba en la cabeza: “Nuestra cotidianidad la estamos inventando cada instante. Y es canto y cuento y poesía y gesto”. Las luces se van encendiendo y la cuidad es una gigantesca extensión de bombillas que titilan y oscurecen el Valle. 



A los aposentos del rey llegaron los guardias con un campesino revoltoso. El rey miró al andrajoso de pies a cabeza y le dijo:

-Todo lo que intentaste hoy se termina. Con un leve movimiento de dedo puedo terminar con tu existencia. Mi poder aplasta tu insolencia. Antes de morir te concedo la posibilidad de arrepentirse y quizás, solo quizás, puedas vivir en cautiverio.
-Señor no me arrepiento de nada. No estoy aquí por accidente. Esto es solo el inicio. Le dije a todas las personas que sufren por sus injusticias que no inclinaría mi mirada ni mi determinación de vivir libre ante los abusos del rey. Un rey con el corazón tan duro que solo puede ser tocado por la punta de una espada. Todos sabrán que tan solo murió un hombre que le dijo "no" al rey, pero la idea de libertad vive. 

El rey furibundo ordena que golpeen al campesino que no inclina la mirada. Ante su rebeldía ordena colgarlo delante de todos para que escarmienten. 
El campesino muere y en sus ojos, en la retina, el rey se ve en su trono con una espada incrustada en el pecho y empieza a sentir que le falta la respiración.




A cada sistema le aparece la fisura, como el punto negro en la pared blanca. En el sistema capitalista es innegable que el predominio del capital conllevó a la deshumanización por el aumento de riquezas. Esto generó una crisis moral en la familia. Es decir, se conoce el precio de todo y valor de nada. 

En el socialismo el estado administra los medios de producción y regula las actividades económicas y sociales. Lo curioso, es que ahora el comunismo en la isla es una especie de dictadura para algunos intelectuales, activistas y homosexuales. Para otros es un sistema inmejorable aunque reconozcan la escasez y el aislamiento. 

En Cuba la connotación de isla es muy acertada. Para muchos su mundo es del tamaño de la isla porque ésta se congeló en el tiempo después del colapso del bloque soviético. Los cubanos no tienen como enterarse de lo que sucede afuera. Los medios de comunicación hablan de los países aliados, de la pelea con el imperialismo que ya es como un pretexto y no un sentido vital de la revolución. Sin embargo, la Cuba naciente, en el centro de la Habana se llena de almacenes, edificios y hoteles. Es irónico, pero estas reformas capitalistas son una alternativa para los ideales socialistas. El turismo es una importante entrada económica. 
Como turista me fasciné con el Capitorio, los Chevrolets, Buicks y Oldsmoviles que circulan por las calles, los coches de caballo. Me detuve un tiempo en la Habana Vieja donde está la Plaza de Armas con sus museos, bulevares, construcciones antiguas, la calle Obispo que es peatonal y se ven personas del todo el mundo, la arquitectura colonial española, los hoteles con sus grandes restaurantes y grupos de folklor cubano en vivo. Por algo esta parte de la ciudad, la mejor restaurada, es considerada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Además, está el malecón y el gran castillo de la Real Fuerza construidos por los españoles para defenderse de los piratas atraídos por las riquezas que éstos ya habían hurtado. También es necesario caminar el Vedado, tal vez el núcleo estatal de la Habana donde muchas de las mansiones coloniales se destinaron para las oficinas gubernamentales o museos. 
Caminaba y cada vez era más evidente que la imagen de Cuba, la que se ve afuera de la isa, corresponde a la que se vive en el Habana Vieja, en el Vedado y en el Centro Habana. Es la cara para el turista, para el que se siente como si fuera el protagonista de un comercial de televisión. El que tiene todas las comodidades que disfruta en su país. Sin embargo, el cubano promedio no puede acceder a esas comodidades, a no ser que enamore a un extranjero y éste le dé, por algunos días, la posibilidad de explorar aquellos lugares que solo el dinero puede abrir. 
La Cuba del turista reúne a los cubanos que son camareros, cantantes, taxistas, santeras, mulatos que esperan ser contactados por una extranjera, muchachas que coquetean con quien pueda pagarle sus caricias, pintores, vendedores de maní… Pero ese es un porcentaje pequeño. La mayoría viven fuera de la zona turística. Esa es otra Habana, la que se ve desde la ventanilla del taxi cuando se sale del aeropuerto. 
En la tarde, cansado de fotografiar las fachadas y de no encontrar ese contacto, esa puerta que me permitiera entrar a eso que estaba más allá de lo turístico, caminé hasta el parque El Curita y abordé la guagua P-12 con la determinación de volver a casa de Andrés. Estaba algo afligido. En la fila me saludó un hombre joven, Víctor Marcos Valdés, activista y periodista. Iba con Augusto Guerra Márquez, un predicador cristiano que fue preso político por 23 años. Les pregunté a donde iban. Ellos respondieron que a casa de una compañera para llevarle algunos textos y fotos para que ella los publicara y así poderle mostrar al mundo la otra cara de Cuba. Al indagar por los medios de comunicación que utilizaban me contaron que ellos eran un pequeño grupo de blogueros que están con los cubanos abandonados por el sistema y van a la embajada Checa para acceder a la web. 
Llegamos a la casa de Ada María López. Ella vive con su esposo y sus hijos. En su casa adecuó un rincón de la sala para una biblioteca pequeña e independiente en la que reúne libros para instruir a sus compañeros. Trabaja de la mano con las damas de blanco, las esposas de los presos políticos que marchan en las plazas públicas o por las calles de la Habana. A ellas, dice Augusto, hay que ponerles un tapete rojo porque son la inspiración de la lucha. 
Me senté en la mesa y me mostraron, en un portátil, los comunicados por publicar: el video editado de un exiliado que se pudre, literalmente, en su casa. Luego, cada uno habló de sus peripecias. A Víctor un policía lo había herido en la mano, a Augusto en la cárcel le partieron dos costillas y un diente, a Ada la llevaron presa y no puede asistir al hospital y los medicamentos se los envían del extranjero. Sin embargo, ninguno quiere irse de la isla porque es en su tierra donde la resistencia tiene sentido. 
Miraba la información que me daban cuando llegó Agustín López Canino, el poeta de la resistencia, al menos para los blogueros. 
Él se sentó en una silla, con las manos sobre la cabeza, dueño de sí. Su mirada inquisidora contrastaba con su sonrisa infantil. Su barba blanca y abundante y su cabello largo le daban un aspecto de sabio. 

Agustín López
Agustín fue oficial de marina por 20 años. En ese entonces creía en la revolución. En la flota del Caribe viajó a México donde la m
irada de la isla cambió notoriamente porque el mundo de afuera no era como lo pintaba Fidel. Siempre, desde niño, sin importar los problemas que ocasionara, siguió sus instintos por lo que se le dificultó adecuarse al sistema. Quizás por ello, cuando era marino, se negó a cortarse el cabello y la barba. Hecho que lo llevó a la cárcel. A partir de ese quiebre empezó a configurarse en él la idea de que el socialismo era un error y que Fidel estaba loco, al menos en sus últimos años de mandato. Entonces rompe con la revolución. Escribe su descontento y busca a Fidel para conversar. Le niegan la entrevista y les deja una especie de ensayo social de 90 páginas. A los dos meses le responden con un gracias. 
Aprendió sobre cerámica y reparación de colchones. Alternativamente trabajó un lote que le donó un amigo. Por ese tiempo entrenaba artes marciales dos horas diarias por si necesitaba defenderse. 
Cuando Raúl Castro asumió el poder quiso entrevistarse con él, pero también le negaron el encuentro. Empezó a buscar medios para publicar. En una biblioteca independiente se encuentra con el periodista Reinaldo Escobar quien, al conocer sus textos, lo invita a publicar en el periódico 14ymedio. Además, le abre un blog dekaisone para que pueda publicar. Después de ello decide crear un movimiento de blogueros “Cuba de adentro y de afuera”, de cubanos sin miedo a ser excluidos que se atrevan a contarle al mundo lo que sucede en la isla. 
Ninguno de los participantes gana dinero. Escriben por amor a la resistencia. Al principio empiezan a conversar con la gente, a viajar a diferentes lugares de la Habana, a participar en marchas, a reunirse con otras organizaciones activistas. Cuando el participante está listo y eso lo determina el compromiso con la causa, Agustín o Ada le abren un blog para que pueda escribir. 
Agustín habla y todos le escuchamos. Durante el diálogo confesaba que me diría lo preciso, pues su historia quería contarla en una novela autobiográfica que ya estaba escribiendo. Dice que no quiere darle a nadie la perla de su vida. Al final nos despedimos. 
Salí de la casa de Ada con la sensación de haber visto la Cuba que días después entendería un poco más cuando me encontré en la Biblioteca Nacional José Martí con María Quintero[1], historiadora y profesora de la Universidad de la Habana. Para ella la revolución colapsó hace muchos años, pero nadie puede decirlo. Los cubanos crecen con una venda en los ojos para que no descubran que la revolución ya no es lo que era. Perdió el propósito. Eso lo afirma desde su formación académica. Aunque para hablar de ello debe estar pendiente de quien la escucha porque de ese tema no se puede opinar libremente. Y sobre la oposición afirma que le falta estructura porque muchos aprovechan la coyuntura política del país para buscar apoyo internacional. Y lo que cuentan muchas veces lo hacen más desde el fanatismo que desde la objetividad. Faltan argumentos de fondo que den otra mirada a la realidad cubana que solo permite a la academia hablar abiertamente sobre la derecha o la oposición antes de que el comunismo fuera el sistema político cubano. 
Caminé rumbo a la casa de Andrés y de Bertha. El sol se escondía entre las nubes. El frío se hacía más intenso. Quise fotografiar el edificio del Ministerio de las Fuerzas Armadas, diagonal a la Biblioteca Nacional, frente a la Plaza de la Revolución que se veía hermoso con los últimos rayos del ocaso y un soldado me hizo borrar la foto. Hice el gesto de borrarla y continúe rumbo a la casa que me esperaba con la calidez de un cuarto y una buena comida.
[1] El nombre de la fuente se cambió por petición de la misma.




Ministerio de las Fuerzas Armadas


 

 En la casa de Andrés vi frente al baño dos mesas juntas, como un altar, con recipientes de cerámica de varios colores. Uno de los recipientes, el más oscuro, tenía dos espadas de madera cruzadas y envueltas con una tela negra en la parte superior. En la primera mesa había cinco tinajas, la del centro era azul, frente a ella en un platillo se sostenía una virgencilla morena, la de la Regla (también representa al santo Yemaya) de no más de ocho centímetros de alta. En la mesa del lado una imagen de la virgen María, la estatua de San Lázaro (el santo más famoso que el 17 de diciembre lleva a la muchedumbre a la calle), cinco vasos con agua, una muñeca negra con vestido blanco que sostenía un platillo de madera y sobre el platillo un tabaco. Bajo las mesas había platillos con cabezas de arcilla algo deformes, dulces, arroz, piedras, billetes, manillas de colores y tabacos a medio fumar.

Le pregunté a Bertha lo que significaba y ella sonrió. Sus ojos se achicaron y me explicó lo que significaban. Admito que entendí poco porque ella hablaba muy rápido y se comía, como todos los cubanos, la última sílaba de cada palabra. Igual entendí y supe de su sensibilidad con lo onírico. Tiene sueños proféticos. Se despierta con un número que después cae en la lotería. Pero no los juega porque la lotería está prohibida en la isla. 

Bertha nació en la Habana del Este, en el reparto (barrio) Camilo Cienfuegos, allí conoció a Andrés cuando él estaba de servicio. Ella creció con sus hermanas y hermanos. Hasta hace dos años la santería le interesaba pero no se había animado a practicarla. Pero en el 2013 recibió a Yemaya, que es la madre de todos los hijos en la tierra y representa la maternidad. Se simboliza con las olas del mar porque su baile es como las olas. Al recibir el orisha a Bertha le raparon la cabeza porque era su segundo nacimiento. De la misma manera que un bebé. Anduvo con un pañuelo por algún tiempo. Para ese día se hizo un vestido azul, porque ese era el color de su santo. Ese vestido se lo pone cada que el santo cumple años. Ese día organiza el altar en su casa con telas de todos los colores. El vestido se lo pondrá hasta que muera. Incluso, será sepultada con él. 

Las tinajas están adornadas con flores y maracas que Bertha toca entre días. En ellas hay secretos, pócimas, trabajos que cada santero hace según sus necesidades. Al día siguiente de estar en la casa de Bertha tomamos una guagua rumbo a la casa de sus hermanas. Al llegar me saludaron y me ofrecieron un trago de ron. Siempre hay ron y cigarrillos. Saludé a Antonio Rivarto Rodríguez, más conocido como Tony, un negro acuerpado, cuñado de Bertha. Él tenía una roncha que parecía un barro gigante sobre el hueso occipital. Se veía la roseta en la cabeza pelada. Tenía fiebre y desaliento. Me dijo que fue la picadura de un mosco. Si lo pican en el rostro lo pueden desfigurar. Esto se debe a una debilidad que se da con la conexión con su deidad, Changó. 

Tony, aspirante a santero, trabaja hace más de dos décadas como supervisor en una telefónica. Nació el cuatro de diciembre, día en que se celebra la fiesta de Changó, uno de los santos más famosos en Cuba. Ese día se tocan los tambores. Los adeptos bailan extasiados. Tanto que si los pinchan con una aguja no sienten. Me contó uno de los trabajos donde combatió con un compañero que quería hacerle daño. Tony tomó la posición de la defensiva. Pero cuando se sintió acorralado consiguió tres tabacos y con un alambre los perforó por la mitad. En tres papelitos anotó el nombre de la persona. A cada papel le echó pólvora, lo envolvió y lo introdujo al tabaco. Dos de los tabacos los echó en la tinaja. El tercero lo dejó por fuera. Este último lo fumaba tres veces al día. Lo prendía, le daba unas caladas y luego lo dejaba. Así se fumaba al enemigo. Lo hacía en defensa personal. Nunca ha utilizado la santería para dañar a nadie. Dice que Olofin es el que da y quita la vida. Pero si debe defenderse lo hará porque está preparado. En noviembre del 2014, el enemigo de Tony, falleció de un paro cardiaco.

Los santos o los orishas son las tinajas. Por ejemplo: Osain vive en un güiro adornado con plumas; Changó en un pilón de madera, barro o porcelana, adornado con hachas y espadas; Oggún se representa en un caldero de hierro de tres patas. Los guerreros, Eleggua, Oggún y Ochosi viven junto a la puerta de la calle, cerrados en un pequeño armario... 

Cada santero tiene un santo y un muerto que lo cuida. El santero recompensa a sus guardianes con sacrificios de animales o con ofrendas. De ahí que en la Habana sea habitual encontrarse en la acera de una calle animales muertos: un gato, un gallo, un perro o una paloma. Algunos santeros van al cementerio y hacen la ceremonia para adquirir el acompañamiento del difunto. Éste los guiará en el camino. Con la filiación al espíritu reciben información que les ayuda a prevenir accidentes, predecir el futuro, defenderse de enemigos y curar. 

Son incontables las familias que practican la santería. Por eso, en Cuba muchos van más por fines religiosos que por la revolución. Llegan personas desde México, República Dominicana, Venezuela, Colombia… 

Es común ver santeras en la calle vendiendo el arte de la adivinación. Muchos cubanos, en especial las cubanas, hicieron de la santería una actividad rentable. Se sientan con sus atuendos, vestidos llamativos, cartas, caracoles, cocos (cuatro pedazos que son el oráculo que comunica con los muertos), el tabaco y cobran según la billetera del cliente. 

Sin embargo, existen santeras o personas con habilidades extraordinarias (no necesariamente santeras) que te pueden mirar y hablarte, sin explicación alguna, sobre tu vida. Con un par de parpadeos pueden ver el pasado, el presente y el futuro. En la casa de la familia de Bertha, cuando hablaba con Tony sobre Changó entró una mujer delgada, trigueña, de cabello ondulado, de unos 50 años. Al entrar sentí que quería hablarle y por unos segundos escuchaba la voz de Tony como una emisora mal sintonizada. 

Virgen de la Regla
A los 15 minutos la mujer me llamó, me dijo que se llamaba Belkis Cabrales y quería saber si yo estaba interesado en la santería. Le dije que sí con fines periodísticos. Ella le hablaba a Bertha y a la esposa de Tony. Me preguntó si me gustaba el color blanco, si mi infancia fue triste, si estaba soltero, si soñaba mucho… a todo le dije sí. Era la primera vez que la veía y no había forma de que conociera mi pasado. Luego me habló de mi madre como si la viera. La describió tal cual es. Hizo lo mismo con mi abuela, ya fallecida. Sentí ganas de llorar. Algo dentro se removió. Luego, se quedó en silencio. 

En la isla la santería se fusiona con el cristianismo. Con los españoles llegó el catolicismo y los esclavos africanos para no perder sus tradiciones, el día de los santos católicos, celebraban el de las deidades africanas. Entonces se estableció un vínculo entre el orisha y el santo católico. Por ejemplo, los yorubas tienen un creador -Olofin-, el Dios creador. Olofin dio poderes a los orishas para que pudieran intervenir en la vida de los hombres. Lo mismo con los santos católicos. Un caso concreto, Changó, dueño del rayo, se representa con hacha. En el cristianismo se representa es a Santa Bárbara, la guerrera que tiene una corona de reina y una espada, además, cuando truena se le invoca. 

Me despedí de la familia de Bertha, quienes me invitaron de nuevo para que almorzáramos. El más interesado fue Tony. Salí con las emociones revueltas, como las olas en el mar en noche de luna llena.