Después de dicha una palabra ya no hay marcha atrás. Las
palabras se filtran en la sangre. Entran a rincones insospechados y
desestabilizan las estructuras mentales o emocionales. Cada palabra es un canal por el que pasa información
que queda, como una semilla, germinando en un individuo. Una palabra mal dicha es
un tizón encendido que quema una y otra vez en la llaga. Asà mismo una palabra
en el momento justo es el vaso de agua en el desierto. De ahÃ, que el poder de la
palabra unifique el pensamiento y la acción. Es decir, cuando la palabra es el
vehÃculo que transporta un pensamiento que se convierte en acción trasmite un
modo de vida. En esa medida, puede transformar conciencias, forjar cimientos de una cultura, estructurar los mitos
de un pueblo y también, destruir a un individuo o una nación. Por
ejemplo, en la segunda guerra mundial los nazis utilizaron la palabra como un
mecanismo de tortura contra los polÃticos o artistas judÃos. Encerraban a sus
vÃctimas y durante dÃas les decÃan: “¡No existen, están solos, son basura!” Hasta
que enloquecÃan o confesaban. La palabra es posibilidad, comunicación, camino.
Por ello, entendà la responsabilidad moral y ética al pronunciarla, sobre todo
en momentos coyunturales. A veces, uno dice lo primero que se le ocurre y se
lamenta de eso toda la vida, cosa que ocurre en una discusión. Como es regular
en las confrontaciones uno acude a sus vibraciones más bajas, las que están
soterradas. Lo peor de nosotros llega a la superficie como una procesión de
sombras. Viene del lado oscuro, donde el odio es un volcán en erupción o una
bestia peluda que escupe fuego. Entonces al abrir la boca la lava interna, el
resentimiento que somos, quema todo a su paso. Familia, pareja y amigos se
calcinan. Lo más cercano sufre y no nos damos cuenta de lo solos que nos
quedamos cuando vertimos nuestra suciedad. Como si aquellos que nos aprecian
estuvieran condenados a soportar nuestra crueldad, ese placer antiguo que se
inyecta a través de la palabra.
MANICOMIO 237
Hace 3 horas
4 coment�rios:
Hoy he visitado el blog de una gran amiga de estos lares, que precisamente ha publicado un post muy interesante referente a las palabras; te dejo el enlace por si deseas visitarla:
http://nadatedigotodotelocuento.blogspot.com.es/
Y es que como bien titulas tu post, la palabra tiene un poder extraordinario e indiscutible…
Es uno de los pilares más importantes del mundo; con ella nos comunicamos, nos acercamos, nos deleitamos y, como muy bien mencionas con el ejemplo mostrado, también a través de ella podemos hacernos mucho daño, siendo válvula de escape de una discusión… o, usada desde la más premeditada frialdad…
Pues un placer visitarte, Juan… Muy buen post…
Bsoss y feliz noche.
Sin querer y aunque en este mundo dicen no existen las coincidencias tus palabras me llegan mas que nunca , Un abrazo
Ginebra
La palabra, asà sea un fonema, un ruido lleno de sÃmbolos, es un canal de sentido y bueno, a veces lo que no se dice puede decir más. Un abrazo y gracias por tus tan sensatas palabras.
Demian
Ha de ser porque algo de ese texto nombra un sentir compartido. Por estos lados eres bienvenido.
Cuántos poemas habré dedicado yo a las palabras, y es que tienen un DON que tanta fuerza nos dan, y tanto nos abrazan, mi querido Juan Camilo.
Un placer volver a leerte.
Muchos besos.
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