La magia perdurable de un nuevo amor



Ya te respiro. Sé que estás atrás del suspiro. Tu olor te delata. Digo tu olor porque sé de flores y por ello puedo identificar ciertos aromas, besos, abrazos y caricias. Las flores me han dotado de una sensibilidad que me permite mirar más allá de las cosas. No es que sea clarividente es solo que soy intuitivo. Ese no sé cómo que me hace percibir cosas en el otro es lo que me permite sentir el amor. Cuando el amor emerge desde lo más íntimo del ser es una espiral de luz en un campo magnético. Es vibración y energía. Es más que pasión porque la pasión es una deformidad en el alma. El apasionado se obsesiona y la obsesión es un conjunto de manías que subordina a los espíritus débiles. Nada de estupideces y disparates. El amor es más que un instinto. Es una inspiración, es una creación. 

Ya viste las coordenadas de mi abrazo. Te invito a volar. ¡Abre las alas! El viento es dulce. Es hora de que confíes en la bondad del universo que todo lo organiza. El amor es una fuente inagotable de luz que otorga una felicidad a prueba de tristezas e insectos molestos.

En ese amor crecemos como bosque. En mí verás un abrigo para el frío y una hoguera para la noche. Notarás en ti bombillitas azules. Son flores. Y respiraré profundo. Y mis suspiros, como abejas, se harán contigo intimidad.

2 coment�rios:

María dijo...

Qué bonito lo que has escrito.

Volar para sentir... Para ser... Para amar...

Besos.

Juan Camilo dijo...

Maria

Querida, claro, es un sentir literario que llega y va con el viento. Un abrazo