Lo que más me gusta de ella es que en cualquier momento puede desaparecer. Cuando se le antoje puede empacar sus maletas e instalarse en cualquier paÃs. Tal vez sea esa circunstancia la que impide que la pueda atar y por ello no me queda más remedio que verla cada dÃa como si fuera el último. Ella es como una estrella fugaz que por una fracción de segundo atraviesa el cielo antes de desaparecer y en esa fracción de segundo, quizás por su fugacidad, es más importante que todas las otras estrellas. Lo que me atrae es que cuando desaparezca, ella dejará un rastro de luz en el recuerdo que se borrará definitivamente si intento seguirlo.
BORGES
Hace 18 horas