Libertades


Todo aquello que se deja ir es como si llegara de nuevo. Para que se dé el regreso la despedida debe ser desde el corazón. Es decir, cuando se dice adiós es para siempre. No solo de palabra sino de hecho. De esta forma no hay espacio para las palabritas de consolación o los recuerdos nostálgicos. Solo lo que se olvida y queda en esa atmósfera de la indiferencia, como en una especie de neblina, puede verse sin miedo y ataduras. Eso me dijiste hace unos meses e intento vivir como si no te conociera. Por eso, también he decidido viajar a otras tierras. Creo firmemente que la distancia que nos separa es la libertad que nos une.

2 coment�rios:

Belén Rodríguez dijo...

Un poco ácido y nostálgico te encuentro hoy. NO?.
Besos.

Juan Camilo dijo...

Belén
Es el relato el que plantea otra atmósfera, como otro clima.